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Claves para enfrentar una entrevista de trabajo

Actualizado: 11 ago

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Prepararse para una entrevista de trabajo consiste en aprender a comunicar con claridad tus habilidades. Ese es, quizá, uno de los aprendizajes más importantes para cualquier persona que se presenta a una entrevista laboral, y especialmente para quienes han construido su experiencia en distintos países, contextos o sectores informales.


La entrevista es una conversación estructurada con una persona que necesita tomar una decisión: ¿eres tú la persona que encaja en este puesto de trabajo? Por eso, más allá de los nervios o la incertidumbre, es fundamental prepararse no solo para responder preguntas, sino para traducir la propia trayectoria en argumentos comprensibles y profesionales.


¿Qué busca una entrevista?

Aunque cada empresa tiene sus propios procesos, en general una entrevista busca responder a cuatro preguntas clave:

  1. ¿Puede esta persona hacer el trabajo?Esto se evalúa no solo a través de títulos o experiencia formal, sino también a partir de ejemplos concretos que demuestren habilidades aplicadas.

  2. ¿Quiere esta persona el trabajo?Mostrar interés genuino en el puesto o en la empresa hace la diferencia. No se trata de adivinar lo que el entrevistador quiere oír, sino de explicar por qué ese empleo tiene sentido en tu camino laboral.

  3. ¿Cómo se relaciona esta persona con los demás?La forma en que describes situaciones difíciles o tu respuesta ante el trabajo en equipo dice mucho sobre cómo te adaptarías a un nuevo entorno.

  4. ¿Tiene esta persona hábitos confiables?Puntualidad, responsabilidad, iniciativa. Estas cualidades no se dicen, se demuestran con ejemplos.


En este sentido, las respuestas más efectivas no son las más largas, sino las más específicas. Lo ideal es responder en dos o tres minutos, incluyendo una breve descripción de la situación, lo que hiciste y qué resultado obtuviste.


Preparar respuestas es una forma de respeto profesional

Una entrevista no es un examen, pero sí es un espacio donde se espera preparación. Tomarse el tiempo de pensar tus respuestas, investigar la empresa o anticipar preguntas demuestra compromiso y seriedad. Esto no solo favorece al entrevistador, que puede conocerte mejor, sino que también fortalece tu seguridad y te ayuda a evitar respuestas vagas o confusas.

Al preparar tus respuestas, puedes usar esta fórmula sencilla:

  • Empresa: ¿Qué sabes de ella? ¿Qué te interesa?

  • Puesto: ¿Qué te llama la atención del trabajo?

  • Habilidades: ¿Qué sabes hacer que se relaciona con el empleo?

  • Ejemplo: ¿Cuándo lo pusiste en práctica?

Esta estructura ayuda a enfocar las respuestas y a mostrar de forma concreta lo que puedes aportar.

La perspectiva del entrevistador: una clave olvidada

Pocas veces pensamos en cómo se siente la persona que hace las entrevistas. Puede estar cansada, tener poco tiempo o estar evaluando a muchas personas en el mismo día. Esto no es un detalle menor: si puedes transmitir tus habilidades de forma clara, organizada y honesta, le facilitas el trabajo y generas una buena impresión.

Una participante del taller lo dijo con precisión: “No se trata de impresionar, sino de explicar bien quién soy y qué puedo aportar”. Esa es, en el fondo, la tarea central de toda entrevista.

Lo que sí y lo que no

Hay ciertos comportamientos que ayudan a generar una buena impresión: mirar al entrevistador, mantener una postura segura, escuchar con atención, responder con claridad y mostrar iniciativa haciendo preguntas relevantes al final.

Por otro lado, hay errores frecuentes que conviene evitar: hablar demasiado de la vida personal, divagar sin responder la pregunta, usar el celular, llevar niños o llegar sin haber leído la descripción del puesto. Estas acciones, aunque comprensibles en contextos de urgencia, pueden dar una imagen de poca preparación.

Ensayar fortalece la voz y la seguridad

Practicar las respuestas en voz alta permite que el cuerpo y el lenguaje se alineen con el mensaje. Muchas personas tienen ideas claras, pero al hablar se enredan o dudan. Ensayar ayuda a que esas ideas salgan con mayor fluidez, sin perder autenticidad. No se trata de sonar “perfecta”, sino de hablar con orden, intención y confianza.

Recordatorio importante

Ninguna entrevista define tu valor, pero cada una te da más fuerza. Es normal sentirse nerviosa, equivocarse o no obtener el empleo. Lo importante es aprender de cada experiencia, identificar qué puedes mejorar y recordar que, con cada intento, te acercas más a tu meta. Una entrevista no es solo un paso para conseguir trabajo. Es también una herramienta para reafirmar tu experiencia, tu historia y tu capacidad de seguir avanzando.


 
 
 

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