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EL EMPODERAMIENTO NO ES UN NÚMERO, SE SIENTEEN LA VIDA DIARIA



Diverse women engaging in household.

En los últimos años, hablar de empoderamiento femenino se ha vuelto casi obligatorio en proyectos sociales, discursos institucionales y campañas públicas. Sin embargo, detrás de ese concepto tan poderoso también hay mucha confusión. ¿Qué significa realmente que una mujer esté empoderada? ¿Quién lo decide? ¿Y cómo saber si estamos avanzando o solo repitiendo palabras bonitas?


A veces, el empoderamiento se presenta como una meta individual, casi como una

medalla que se gana cuando una mujer “logra algo”. Otras veces, se mide como si fuera un

número: cuántas mujeres tienen trabajo, cuántas han terminado la escuela, cuántas participan en política. Pero esos indicadores, aunque útiles, se quedan cortos cuando se trata de capturar lo más importante: el cambio interno, relacional y colectivo que se da cuando una mujer empieza a reconocerse como sujeto de derechos, con voz, con historia y con poder.


Hace ya casi dos décadas, un grupo de mujeres pensó que hacía falta otra forma de

abordar este tema. Desde la Comisión de Mujeres y Desarrollo, y después de dos años de trabajo, investigación y diálogo, publicaron en 2007 una guía metodológica que sigue vigente hoy por una razón muy simple: se atrevieron a definir el empoderamiento desde la vida cotidiana de las mujeres.


Más que una receta, esta guía ofrece una mirada compleja, profunda y práctica al proceso de empoderarse. No como un estado que se alcanza, sino como un camino que se recorre. Y no sola. La guía deja claro que el empoderamiento no ocurre solo en la cabeza o el corazón de una mujer, sino en sus vínculos, en su entorno y en la forma en que se organiza con otras. Porque una mujer puede sentir que toma decisiones por sí misma (nivel personal), pero si en casa no se respeta su palabra (nivel relacional), o si su comunidad no la escucha (nivel colectivo), ese

empoderamiento está incompleto, o incluso puede ser debilitado.


Este enfoque, que distingue entre lo personal, lo relacional y lo colectivo, permite

entender por qué a veces una mujer se siente fuerte y capaz en un aspecto de su vida, pero

atrapada en otros. Por eso, una intervención social que solo ofrece talleres de autoestima pero no cambia las condiciones del entorno familiar o comunitario, puede tener poco efecto. Lo mismo ocurre al revés: cambiar leyes o crear servicios no garantiza empoderamiento si las mujeres no sienten que merecen usarlos o no pueden reclamar su lugar en ellos.


Uno de los aportes más valiosos de esta guía es su insistencia en no separar el

empoderamiento de los contextos en los que viven las mujeres. No hay un modelo universal. Cada comunidad, cada grupo, incluso cada mujer, necesita construir sus propias formas de evaluar y avanzar en este proceso. Por eso, proponen trabajar con indicadores vivos, construidos desde la experiencia concreta de las mujeres. No basta con saber cuántas mujeres tienen empleo, sino si se sienten respetadas en ese trabajo. No es suficiente contar cuántas participan en una reunión, sino si sus opiniones son escuchadas y valoradas.


Esto exige tiempo, diálogo y sensibilidad. Y, sobre todo, exige soltar la tentación de

hablar por las mujeres. El verdadero empoderamiento comienza cuando ellas pueden hablar con otras mujeres, sobre sus vidas, sus miedos, sus límites y sus sueños. Esa conversación, que a veces ocurre en una cocina, en una sala comunal, o en un pequeño taller, es en sí misma un acto de poder. Un poder distinto al que estamos acostumbradas. No es dominación, ni control, ni competencia. Es un poder que se construye en red, que no aplasta, sino que levanta.


La guía metodológica de 2007 es, en ese sentido, más que una herramienta técnica. Es un recordatorio de que empoderar no es intervenir desde afuera, sino acompañar procesos que ya están en marcha. Es escuchar, abrir espacio, y confiar en que las mujeres, cuando se organizan, pueden transformar no solo sus vidas, sino también sus comunidades.




[1] Charlier, S., & Caubergs, L. (2007). Guía metodológica del proceso de empoderamiento de las mujeres. Comisión de Mujeres y Desarrollo.

[2] Texto elaborado con el apoyo de ChatGPT, OpenAI, 2025

[3] Diverse women engaging in household. Foto de M.studio. Generated with AI. Adobe Stock, imagen #1023064523.

Licencia educativa adquirida por la Indiana University East. Accedido el 9 de abril de 2025.

 
 
 

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